Me enredaba en tus espinas
mientras te quemaban mis zarzas
tus ojos nublados de lágrimas
no te dejaban ver que sangraba.
mientras te quemaban mis zarzas
tus ojos nublados de lágrimas
no te dejaban ver que sangraba.
Dejó un poso nuestra historia
versos tristes sed amarga
pero te invito a mis sueños
en una tregua anhelada.
Sin pasado sin presente
sin reproches ni desgana
sólo dos almas soñando
en la dicha de la calma,
mi espalda contra tu pecho
tus dedos bajo mi palma.
¡Cuánto amor duerme en este lecho¡
¡No quiero pensar en mañana¡
Amaia Villa
Foto: Photl.com
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